Tus hechizos, mujer, son suerte eterna
que enloquece mis sentidos
mis ojos los hizo Dios para verte
mis oidos para escuchar tus eufonias
me dio alma para amarte hasta morir
y aun después de este existir
mi cuerpo y mi alma tuyos, siempre
para amarte como aquel primer día
pienso que te he querido en otro mundo
lo sentí al encontrarte en esta vida
en un placer tan vivo y profunda ausencia
que tras siglos de una ausencia impía
a reunir el cielo nos retorna...
y cuantas veces para vivir yo muera,
y para morir luego cobre vida
volando de planeta en planeta
en mi viaje infinito por los cielos
somos acaso, amantes de espíritus gemelos