una mujer hermosa cual rosa
como el cielo con arrebol
alegra e ilumina mi existir
enloquece mis sentires
al punto de mi estado limerente
el amor llegó cual vendaval
mujer de aroma exquisito
seduces mi alma
embelesado te contemplo
imploro no sea una quimera
a tu beldad y bonhomía
que acaricia cada espacio
de mi anonadado corazón
bello, frágil y etéreo
sentir de mi alma
tu voz meliflua, cual susurro
una sinfonía celestial
de mi alma enamorada
que contemplo en ti dulce nayade
tu eres al amor
como la noche a las estre.
Anibal Huamán Vergaray
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